Panamá jugará el primer partido mundialista de su historia. Farid Barquet Climent narra el largo periplo de los canaleros para llegar a una fase final.
Por: Farid Barquet Climent
Aún contra su temperamento, el General Omar Torrijos, líder de la revolución panameña y jefe del Estado entre 1968 y 1981, tuvo que hacer acopio de paciencia, “aquella condenada agotadora paciencia”, para lograr por una vía negociada que los Estados Unidos pactaran entregarles a los panameños el control del Canal de Panamá.
Según el escritor inglés Graham Greene, amigo de Torrijos, al General “en verdad no le resultaba fácil” mostrarse paciente. Pero a sabiendas de que, como dice José Woldenberg, “los medios no son anodinos sino que modelan a los fines y a quienes los utilizan”, Torrijos decidió actuar “recurriendo a medios que exigían una paciencia infinita”, como recuerda Greene en Descubriendo al General, libro en que relata sus encuentros con Torrijos.
Infinita como la de Torrijos ha sido la paciencia de los panameños aficionados al futbol, pues tuvieron que esperar más de cuatro décadas para que su selección nacional por fin debute en un Mundial, tal como lo hará mañana al enfrentar a Bélgica.
Pablo Alabarces, sociólogo argentino especializado en futbol, documenta que Panamá fue invitada a participar en el primer Mundial, Uruguay 1930, pero no pudo aceptar. En consecuencia, se puede afirmar que la primera vez que Panamá realmente se propuso estar presente en una fase final de Copa del Mundo fue más de nueve lustros después, en 1976, precisamente en los días en que Torrijos tuvo los primeros acercamientos con enviados del Presidente de Estados Unidos, James Carter, para que ambos países pudieran acordar los términos en que debería transferirse la jurisdicción sobre la zona del Canal, acuerdos que finalmente se alcanzaron y desembocaron el año siguiente, 1977, en la firma de los tratados Torrijos-Carter.
Aquella primera tentativa de ir al Mundial que habría de celebrarse en 1978 en Argentina, no fue exitosa para los panameños. Obtuvieron apenas una cuarta parte de los puntos disputados: tres de doce. De los seis partidos que jugaron, ganaron uno —como locales ante Costa Rica—, empataron otro y perdieron los cuatro restantes, incluyendo una goleada 7-0 en su visita a Ciudad de Guatemala.
En el verano de 1980, un año antes de la muerte de Torrijos en un avionazo calificado como “sospechoso” por el historiador y analista de la política latinoamericana James D. Cockroft, los panameños intentaron por segunda ocasión llegar a un Mundial. Compitieron en las eliminatorias para España 82, con resultados aún peores que los de cuatro años atrás: perdieron siete de ocho partidos, cosechando solamente un empate.
Con miras a México 86 fueron vencidos por Honduras en los dos partidos de la serie. En el camino a Italia 90 se toparon con la que habría de ser una de las revelaciones de ese Mundial por su inesperado pase a octavos de final: la selección de Costa Rica, a la que los panameños lograron sacarle un empate a un gol como visitantes en Alajuela, en un partido en el que los canaleros llegaron a estar en ventaja gracias a un gol al minuto 18’, anotado por René Mendieta, que en aquellos días recién se había contratado con un club mexicano, los Correcaminos de la Universidad Autónoma de Tamaulipas. A pesar de la igualada obtenida en el estadio Alejandro Morera, los panameños vieron malogrado su deseo de estar bajo el cielo de un verano italiano, como rezaba el himno de aquel Mundial, tras caer el 31 de julio de 1988 por marcador 0-2, con goles de Juan Cayasso y Hernán Medford, en el partido de vuelta disputado en el entonces Revolución de Panamá, rebautizado como Rommel Fernández en 1993 en homenaje al que hasta el día de hoy es considerado el mejor futbolista de la historia de Panamá, fallecido el 6 de mayo de ese año en un accidente automovilístico en España, mientras era jugador del Albacete.
No habían transcurrido ni tres años desde de la última invasión de Estados Unidos a Panamá —20 de diciembre de 1989— cuando a mediados de 1992 Panamá quiso estar presente en el Mundial que se celebraría precisamente en Estados Unidos en 1994. Para lograrlo, los panameños tendrían que verse las caras nuevamente con la selección de Costa Rica. El partido de ida en Ciudad de Panamá lo ganaron 1-0, con gol de Mendieta mediante un tiro penal. Pero en la vuelta en San José fueron goleados 5-1, con el tanto del descuento a cargo, nuevamente, de Mendieta.
Rumbo a Francia 98 Panamá se impuso ampliamente a Belice en la primera ronda eliminatoria, pero en la segunda tuvo un descalabro insospechado que frustró sus propósitos: el 22 de septiembre de 1996 perdió 1-3 en casa, nada menos que ante Cuba, país que tiene al béisbol y no al futbol como su deporte nacional.
En la ruta hacia Corea-Japón 2002 los panameños se quedaron en la segunda ronda eliminatoria, mientras que en la siguiente oportunidad, Alemania 2006, lograron avanzar hasta el hexagonal final, pero en éste no pudieron ganar uno solo de sus diez partidos: perdieron ocho y empataron dos. Uno de los que perdieron fue nuevamente contra Costa Rica, 1-3 en el Rommel Fernández, y uno de los que empataron fue en el mismo estadio ante México, gracias a un golazo de chilena de Luis Tejada, quien años después jugaría en el futbol mexicano con Toluca y Veracruz.
Sudáfrica 2010 no marcaría el debut mundialista de Panamá, pues sucumbió en el estadio Cuscatlán de San Salvador al recibir de los locales tres goles en menos de veinte minutos.
Pero la eliminación más dolorosa fue la de 2013. A punto de conseguir el boleto para el Mundial del año siguiente, en el encuentro decisivo Panamá no supo conservar la ventaja en casa 2-1 sobre Estados Unidos, que en tiempo de compensación le dio la vuelta al partido con dos goles en menos de un minuto, anotaciones que terminaron por darle indirectamente a México —a pesar de perder su último partido del hexagonal contra Costa Rica— la oportunidad de disputar contra Nueva Zelanda el repechaje que finalmente lo llevaría a Brasil 2014.
Según Greene, el General Torrijos tenía una frase que le gustaba repetir: “No me interesa entrar en la Historia. Lo que quiero es entrar en la Zona del Canal”. Gracias a los tratados que Torrijos firmó, los panameños de la actualidad ya no ven como un deseo inalcanzado entrar en la Zona del Canal, pues desde hace casi dieciocho años les pertenece. Pero lo que sí lograrán los seleccionados y su entrenador colombiano Hernán Darío Gómez mañana 18 de junio de 2018, será entrar en la historia de las Mundiales. Tendrán su estreno mundialista ante el representativo de Bélgica, que en la eliminatoria para llegar a Rusia no perdió un solo partido y que cuenta con jugadores que descuellan en la Premier League de Inglaterra, como Eden Hazard, Kevin de Bruyne o Romelu Lukaku, un equipo que es todo un habitué de las Copas de Mundo, presente como ha estado en doce de diecinueve ediciones.
Si Panamá quiere tener una iniciación decorosa en el máximo evento del futbol internacional ante tan duro rival, sus seleccionados deberán batirse, sobre el pasto del estadio Fisht de Sochi, con la “tenacidad heroica” que Torrijos, orgulloso, veía en el pueblo de Panamá, esa “tenacidad heroica” que el General le atribuyó a los panameños mientras lo escuchaba todo el mundo pronunciar, en Washington, su más célebre discurso, el día en que pactó la devolución del Canal.
Foto: Noticias Telemicro