No se puede sentir de otra manera

Por: Farid Barquet Climent.

La característica distintiva de los torneos nacionales de Copa que se disputan en los países europeos es la participación de todos sus clubes, sin distinción divisional. Incluso, como ocurre en Inglaterra, puede inscribirse cualquier equipo, aunque no sea profesional. Por eso se dan partidos como el de mañana, en el que el Real Madrid enfrentará, dentro de la Copa del Rey, al Club Deportivo Unionistas de Salamanca, equipo de la Segunda División “B”, el tercer circuito en la jerarquía del futbol español.

El encuentro copero será singular no sólo por la adscripción de los contendientes a categorías diferentes y distantes, sino sobre todo por la irrupción en la competencia de un conjunto con historia generosa y solidaria como la del conjunto salmantino, que formalmente data de poco más de un lustro pero que en realidad proviene de mucho más atrás, pues el Unionistas es mucho más que el mero trasunto del club histórico de esa ciudad, la Unión Deportiva Salamanca, desaparecido en 2013 tras una vida de 90 años, en cuyas postrimerías entró en concurso mercantil hasta que finalmente languideció. Surgido como reacción a la desaparición de la Unión, Unionistas es, aunque no lo quiera, el digno y encomiable sucedáneo de la Unión. Y lo es porque no se trata de una continuación. Extinguida la Unión, un colectivo de sus aficionados fundó el Unionistas para preservar su espíritu, con otra naturaleza jurídica y una estructura “popular, transparente y democrática”, y bajo una denominación que hace ostensible su orgullosa progenie de tribuna: Unionistas, el club de los aficionados de la otrora Unión, los unionistas. De ahí su nombre.

El vínculo entre la desaparecida Unión y el actual Unionistas no es el que existe entre un club principal y un filial. Tampoco es una sucursal. Lo que une a Unionistas con la otrora Unión es un nexo sentimental. Así lo suscribieron sus fundadores al darse los Estatutos que los rigen, cuyos artículos 3º y 4º disponen que Unionistas tiene entre sus fines: “homenajear” a la liquidada Unión Deportiva Salamanca, “defender el honor” de ésta y “reunir a aquellos unionistas que quieran seguir defendiendo y compartiendo su sentimiento y amor por el club único e irrepetible”, dejando claro que Unionistas “jura fidelidad eterna al club Unión Deportiva Salamanca, y no trata, ni jamás lo hará, de suplantar o hacerse pasar por él, ni se considera representante, ni heredero de dicho club, posicionándose radicalmente en contra, y condenando a cualquier otro club que hubiese intentado o intentase realizarlo”. Y por eso, si bien usa también los colores blanco y negro, “nunca podrá llevar la combinación de camiseta blanca y pantalón negro, ni el escudo, o imitación del escudo de la Unión Deportiva Salamanca, ni su himno de manera oficial”, como tampoco, en caso de cambio de nombre, “ninguna de las palabras que lo formen podrá ser ‘Unión’”, de conformidad con las prohibiciones establecidas en los artículos 5º y 6º estatutarios.

Unionistas se rige por el ideal democrático “un socio, un voto”, de acuerdo con lo preceptuado en el artículo 7º de sus Estatutos. Y por eso es miembro de la Federación de Accionistas y Socios del Fútbol Español (FASFE), presidida por José Ángel Zalba Luengo, quien fuera presidente del Real Zaragoza y del Logroñés, organización que, en palabras pronunciadas por Zalba ante la Subcomisión de Deporte Profesional del Congreso de los Diputados, “busca el equilibrio y la viabilidad de nuestros clubes y de nuestro fútbol desde la perspectiva democrática de otorgar poder a las bases”.

La gestión democrática de los 2 653 socios de Unionistas ha traído buenos resultados deportivos. El club ha conseguido ascender tres categorías en cuatro temporadas. En ese lapso subió desde la Provincial salmantina hasta a la Segunda División “B”, en la que se encontraba la vieja Unión cuando feneció. Todos los que trabajan en la entidad, desde los trece miembros de su Junta directiva hasta los que acondicionan su pequeño estadio Las Pistas los días de partidos, lo hacen sin recibir por ello remuneración económica alguna.

Miguel de Unamuno, célebre Rector de la Universidad de Salamanca hasta el estallido de la guerra civil y tío abuelo del mítico futbolista Rafael Moreno “Pichichi”, en uno de sus ensayos escribió:

«Yo apenas creo que cambien las ideas y los sentimientos de un pueblo, si con esto queremos decir que los mismos que antes pensaban o sentían de una manera vengan a pensar y sentir, de repente o todo lo poco a poco que se quiera, de otra manera distinta».

El pueblo salmantino le da la razón al autor de Niebla, pues los mismos que antes sentían los colores de la Unión, hoy son los que sienten los del Unionistas, porque, tal como escribió Unamuno, no se puede, de repente o todo lo poco a poco que se quiera, sentir de otra manera.

P.D. El 22 de enero de 2020 Unionistas saltó a la cancha para enfrentar al Real Madrid con Brais Pereiro en el arco; línea de 5 en la defensa: Piojo, Ayoze, Zubiri, Gallego y Góngora; Javi Navas, José Ángel e Iván Garrido en el mediocampo; De la Nava y Guille Andrés en el ataque. Al minuto 18 el galés Gareth Bale puso adelante al equipo madrileño y con ese resultado terminó el primer tiempo. Al 57’ el sevillano Álvaro Romero, camiseta ‘18’ del Unionistas, que había ingresado de cambio recién dos minutos antes, enfiló por el centro sus 164 centímetros de estatura conduciendo con pie derecho, rebasó la línea del área grande, cambió de perfil y disparó con colocación para establecer la igualdad, invitando a soñar. Sin embargo, cuatro minutos después, el malagueño Brahim Díaz puso a trompicones el 1-2 favorable al Madrid, cayéndose y pegándole apenas con la rodilla al centro enviado desde la izquierda por el brasileño Marcelo. Carlos De la Nava tuvo el empate para los salmantinos tras el cobro de en un tiro de esquina al 78’, pero no contactó adecuadamente y el balón salió manso hacia la ubicación del portero franco-filipino Alphonse Areola. Al 84’ Unionistas se salvó milagrosamente del tercer gol, pero en tiempo de reposición ya no pudo evitarlo porque Brahim se hizo presente de nuevo al 93’, mediante una colada en el área desde la derecha seguida de un tiro cruzado.

Hay una frase que se atribuye a Unamuno: “venceréis pero no convenceréis”. Si bien hay investigaciones que desmienten la veracidad[1] de que a poco de empezar la guerra civil el escritor se la haya espetado en el paraninfo de la Universidad de Salamanca a José Millán-Astray, fundador de la Falange española, lo que es una verdad rotunda es que, en Salamanca, la noche del 22 de enero de 2020, al enfrentar al Unionistas, el Real Madrid venció, pero no convenció.

 

[1] Collette Rabaté y Jean-Claude Rabaté, Miguel de Unamuno. Biografía, Madrid, Taurus, 2009, y Severiano Delgado Cruz, Arqueología de un mito: el acto del 12 de octubre de 1936 en la Universidad de Salamanca, Madrid, Sílex Ediciones, 2019.

 

Foto: UD Salamanca 1983-1984. Fuente: tribunasalmanca.com

 

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