Por: Farid Barquet Climent.
En 1832 Thomas Carlyle escribió sobre el placer que a los seres humanos nos provocan las biografías de otros: desde leerlas hasta escribirlas o simplemente hablar de ellas. Al escritor escocés le resultaba “inexplicablemente grato conocer a un congénere, ver en su interior, entender sus expresiones, descifrar el corazón absoluto de su misterio; más aun, no sólo ver en su interior, sino mirar desde su perspectiva”.
La biografía de Andrés Iniesta, La jugada de mi vida, publicada por editorial Malpaso, no hace sino darle la razón a Carlyle. Porque a través de este libro de memorias, que tardó cuatro años en escribirse, se puede mirar al futbol desde la perspectiva del futbolista más polivalente de la historia, el que supo, junto a una generación fulgurante de jugadores, hacer de España ya no sólo el país con la mejor Liga del mundo sino también con la mejor selección del mundo.

El libro da cuenta de cómo el futbol fue incapaz de negársele al niño Iniesta a pesar del inconveniente de que su pueblo natal, Fuentealbilla, no contaba con una cancha propiamente dicha. Bastó un pequeño patio, cuya superficie de cemento cuarteado estaba ocupada en buena parte por el tronco de un árbol, para que el hijo de un albañil albaceteño y de la mujer que atendía el bar del pueblo iniciara su idilio con el balón, el cual se narra en el libro bajo la batuta del propio Iniesta y se nutre con las voces de quienes han formado parte de su entorno más cercano, algunas vinculadas al futbol profesional y otras no.

“Me gusta recordar de dónde vengo”, escribe sin alarde de humildad, más bien en muestra de sinceridad, este fantástico jugador que el 27 de abril de 2018 dijo adiós al FC Barcelona después de 22 temporadas, 669 partidos disputados y 32 títulos ganados, para incorporarse en agosto de aquel año al club japonés Vissel Kobe, donde actualmente sigue disfrutando del futbol como lo disfrutó en el Camp Nou, como lo disfrutó en el Soccer City de Johannesburgo, como lo disfrutó en Fuentealbilla.
En La jugada de mi vida, el emblemático camiseta ‘8’ del Barcelona y de la selección española nos descubre de dónde viene y cómo logró convertirse en el mejor futbolista español que se haya conocido, verdadero patrimonio histórico de este deporte y sin cuya aportación es imposible entender lo mejor del futbol contemporáneo.